domingo, 4 de octubre de 2009

Oh si! Tengo corazón de pollo.


Este post va dedicado a mis amigas y fieles compañeras en la mayoría de mis días… las Señoras Lágrimas.

Ustedes dirán “¿Por qué esta chica se la pasa llorando por los rincones? ¿Por qué sufre tanto? ¿Acaso su vida es tan desgraciada? ¿Será que se lo merece o simplemente esta loquita? ¿En su trabajo hay una mujer rubia?”.

Pues bueno, creo que mi vida está marcada por las lágrimas, lágrimas por toda y para toda ocasión, es más se venden lágrimas, se las dejo baratas, llévele llévele! Que si usted necesita demostrar sus sentimientos, que si necesita convencer a el novio/amigo/pariente/jefe/whatever y quiere sonar convincente, que si para ocasiones especiales como velorios, despedidas, rompimientos, bautizos, quince años, bodas de oro, plata y bronce, digo no está demás un poco de sentimentalismo en sus mejores eventos, llámeme, que para eso yo me pinto sola.

En serio, el dramatismo que me cargo para esto de la llorada es infinito, si uno tuviera contadas las lágrimas que va a derramar en su vida, yo ya me las hubiera acabado desde hace años y este trauma viene desde mi infancia, y digo trauma porque en eso se ha convertido, es horrible y vergonzoso llorar por cualquier cosa y no poder controlarte, sobre todo en lugares públicos, como en el cine.

Recuerdo el error que fue ir a ver película de La Pasión de Cristo de Mel Gibson en el cine, digo aun cuando no creyera en Dios y en Jesucristo de todas maneras hubiera llorado de ver todo lo que le hacen al pobre hombre, pero bueno, no es el caso, si creo, soy católica y voy a misa los domingos y no me da pena, pero ese ya será otro post, así que volvamos al punto. Las cosas estuvieron de las de acá: llegamos tarde a la función, nos toco hasta adelante, empezó la violencia, empezamos a chillar, latigazos, lloriqueo más fuerte, corona de espinas, llanto+moqueo, tres caídas, llanto con sentimiento+moqueo constante, crucifixión, llanto sin control+sonidos extraños sin control+moqueo, muerte, todo lo anterior junto multiplicado por mil+manos en la boca para no gritar!, así de feo estuvo el asunto, salimos con los ojos hinchados, ojos y nariz rojos, cero maquillaje, todavía suspirando y con una vergüenza que para que les cuento. (Por cierto, gracias a los que estuvieron ese día en la función con nosotras, el hecho de que no nos hayan callado, ni aventado comida habla muy bien de ustedes, al parecer todavía hay gente educada en este mundo).

Bueno, creo que esa es la peor experiencia que he tenido en el cine, pero de todas maneras me pasa algo muy parecido cuando veo películas, series, novelas, documentales, caricaturas y hasta realities, escena triste o demasiado feliz que veo (porque también la felicidad es una especie de drama), escena de lloriqueo que protagonizo, tal vez no así de fuerte como la antes descrita, pero al fin y al cabo las lagrimitas están presentes.

Y claro, no solo me pasa con la ficción de la tele o el cine, también me pasa en la vida diaria. Recuerdo que en la primaria un día llegue llorando de la escuela, porque vi un perrito muerto a media calle, o cuando a mi perrita le pegó la depresión post parto y en un momento de ansiedad y por querer proteger a su cría, la agarro mal con su hocico y la lastimó, a los dos días se murió y fue el fin del mundo para mí. Y no se diga de la adolescencia, las decepciones amorosas, los regaños y cuestionamientos de mis padres, los corajes en general, la impotencia, la desesperación, los momentos de extrema felicidad, etc., creo cualquier sentimiento de mi alma, es canalizado en lágrimas por mi cuerpo.

Aún con la vergüenza que esto me causa, hay una parte del llanto que si me gusta... esa es el sentimiento como tal, sentir que soy humana, que estoy viva, que soy capaz de compadecerme de los demás, de ponerme en el lugar del otro, de sentir lo que los otros sienten, de no batallar para que las emociones fluyan y salgan.

¿Qué le voy a hacer? Nací con corazón de pollo y no tengo remedio!


Nota1: No soy emo y tampoco estoy triste todo el tiempo, de hecho a veces ni siquiera estoy triste cuando lloro.
Nota2: Leí en la sacrosanta
Wikipedia que a los 25 años empieza a disminuir la secreción lagrimal, ¿será? Ya veremos, después les cuento.

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