La alegría de un tupper...

Normalmente hago comida para llevar al trabajo porque es más económico, más cómodo en el aspecto de que no tienes que salir a comer a otro lado o a comprar algo para comer en el trabajo, se supone que también es más sano comer comida casera pero también depende de como se cocine, pero al final de cuentas cualquier cosa es más sano que comer hamburguesas de McDonalds, aunque debo confesar que los combos de 35 pesos de ahí son una de mis opciones cuando no traigo comida, digo si vas a comer porquería de perdis que sea barata.

Suelo cocinar en la noche lo que me voy a comer al siguiente día, obvio no sabe igual que recién hecho pero por las razones arriba mencionadas el sacrificio vale la pena. No cocino todos los días porque es bastante laborioso, aunque sea la cosa mas sencilla requiere de tiempo y a veces uno quiere llegar a su casa y tirarse a ver la tele toda la tarde, también esta bien salir a comer fuera un día o dos a la semana para desaburrirme de mi comida, porque he de decir que mi repertorio no es muy amplio ya que empecé a aprender a cocinar hace dos años apenas, osea cuando me despegué de mi mami y me vine a vivir para aca sola y sin sus deliciosos guisos que ahora extraño, nada más de pensar en sus frijolitos refritos se me hace agua la boca, por eso cuando voy a mi casa, bueno a la casa de mis papás que yo sigo considerando mi casa, me la paso comiendo frijoles, oh! cuanto diera por un bolillo con frijoles de mi mamá... en fin.

La semana pasada fui al super y en los locales de afuera había una tiedilla de esas tipo Waldos, entre a ver y me encontré unos tuppers como los que quería, de esos que son con divisiones para que no se revuelva la comida, pero claro que desde luego que no eran marca tupper. Son bastante prácticos, nomas los metes al micro y listo, no que antes traía cada cosa en un tupper diferente, tenía que usar los platos comunitarios de la cocina de la empresa, servir todo, luego calentarlo y luego guardar todo, era todo un show porque aveces no había platos limpios y tenía que lavarlos y yo ahí estorbando o otros estorbando porque el fregadero y los micros están en el mismo cuartito y nos hacemos bolas todos ahí adentro, así que amo mis tuppers de 13 pesos.

Quién diría que algo tan simple e insignificante me daría tanta felicidad, bueno no es que sea la persona más feliz del planeta solo por tener unos tuppers nuevos, pero si tomamos en cuenta el precio y la cochinada que son, en verdad me dan más felicidad de la esperada. Ahora me dan más ganas de cocinar, porque me gusta acomodar la comida en los tuppers nuevos. Ya sé, es una tontería pero es verdad.

También otra prueba de que un pequeño cambio hace una gran diferencia es que moví un escritorio que tenía en un cuarto a la sala y puse una tele en desuso ahí en la que solo se ven los canales de televisión abierta y a veces ni esos porque no tiene antena, pero aun así me hace feliz, aunque pasen puras cochinadas. Me acompaña cuando estoy cocinando y además pongo la lap a un lado y es perfecto, bueno perfecto sería que tuviera cable en esa tele, pero no importa, ya tengo 'my blog spot' como quien dice.

El punto es que las pequeñas cosas te pueden dar felicidad y que a mí me da felicidad que las pequeñas cosas me den felicidad... =)